Upledger Institute Mexico

Terapia Craneosacral para Veteranos TESTIMONIO PERSONAL

Mis Aprendizajes durante el Programa Intensivo de TCS para Veteranos con SEPT (Síndrome de Estrés Post Traumático).

Como les comenté a través de varios post en FB, fui invitada como Terapeuta Primaria para colaborar en este programa que la Fundación Upledger hace como servicio a los Veteranos norteamericanos.

Más allá de la extraordinaria experiencia personal que el evento significó para mi, quiero compartir varios aspectos que me resultaron enormemente significativos como Terapeuta Cráneo Sacral:

Dado que todos los participantes éramos Diplomat Certified, es decir con el nivel de certificación más avanzado, todos teníamos dentro de nuestra “caja de herramientas” muchas cosas más aparte de la Terapia Cráneo Sacral; desde la Terapia Visceral de Barral, hasta Mecanical Link de Paul Chaufour, incluyendo drenado linfático (Chikly), acupuntura y medicina energética china.

Pero lo que para mi fue extraordinariamente hermoso fue el ver cómo los principios básicos del Paradigma de Upledger fueron los que rigieron durante toda la semana, y fueron los que permitieron que los veteranos (según sus propias palabras) se abrieran a la experiencia y confiaran en un grupo de personas que no conocían, que no eran veteranos como ellos y que hacían una forma de Terapia en la que casi no se habla.

Los principios básicos que sustentan el Paradigma de la Terapia Cráneo Sacral de Upledger son que como terapeutas cráneo sacarles debemos estar:

• Incondicionalmente presentes

• Sin juzgar

• Sin expectativas

• Con el ego subordinado

• Neutrales

Este paradigma, sobre todo en el aspecto del Ego Subordinado y Sin Juzgar, estuvo magistralmente manifestado durante toda la semana. Fue muy impresionante ver a terapeutas con más de 30 años de experiencia, colaboradores directos del Dr Upledger y con certificación para enseñar prácticamente todo el curriculum, al lado de “novatos” o jovencitos que con 5 años en la técnica se dedicaron y lograron su certificación Diplomat.

Nadie “se apoderaba” de la sesión, nadie era “el mero mero”, todos estábamos comunicados a través del tejido, escuchando al Médico Interno, haciendo lo que era necesario para el bien del cliente. Si el diálogo se atoraba, otro entraba al quite; si el tejido necesitaba alguna técnica afín, ahi había alguien que la aportaba; si el proceso parecía no avanzar, nadie tenía prisa, simplemente escuchábamos lo que el cuerpo podía seguir haciendo con la presencia de nuestras manos.

La transformación que los ahí presentes vivimos fue maravillosa, no sólo los veteranos, sino también los terapeutas participantes salimos agradecidos, enriquecidos y conmovidos por una experiencia de servicio que nos permitió compartir lo mejor de nosotros mismos con quienes lo necesitaban enormemente, después de años de sufrir los síntomas del Estrés Postraumático. Fue tan evidente esto, que el comentario final de todos los veteranos fue:

“Yo me pude abrir y confiar en los no veteranos, porque su ausencia total de juicio respecto a mis vivencias de guerra me lo permitió, voy a invitar a todos mis compañeros a que vengan a hacer esta terapia».

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MARGARITA SOBERÓN