Hola a todos,
Recién regreso de Polonia y Rumania donde tuve el honor de instruir LSE2. Me encontré con terapeutas motivados y comprometidos, quienes aceptaron explorar en su propio trabajo personal de sanación y en el de otros.
A nivel personal mientras estuve en Polonia, sentí la necesidad de «ser testigo» del inmenso dolor y cantidad de muertes ocurridos durante la segunda guerra mundial. Aunque mi familia judía directa huyó de Viena, Austria y llegó sana y salva a los Estados Unidos, no todos fueron tan afortunados. Junto a las innumerables tragedias que ocurrieron, me enteré de la cantidad de prisioneros políticos y familiares que fueron enviados a los campos de concentración.
El concepto de «ser testigo» parece ser simple. Es como ver una película con compasión y honrar lo que le pasa al otro. Sin embargo, aprendí algo nuevo durante este viaje. Cuando visité la zona de los campos de concentración, lo sentí muy personal a pesar de los miles de visitantes y grupos grandes que allí se encontraban. Fue impactante ver fotos y tocas las edificaciones. A pesar de mis habilidades en saber mantener límites, enraizarme y poner intenciones, pensé que podría manejarlo mejor. Sin embargo, sin saberlo se me hizo muy difícil separar el presente del pasado. Dos días más tarde me enfermé y me invadió una sensación abrumadora. Afortunadamente, me encontraba con colegas, quienes me ofrecieron una sesión de LSE, dónde logré largar miedo y otras sensaciones que estaba cargando. Gracias queridos amigos polacos!
Acá hay dos temas. Uno el de ser testigo para otros. Estamos ahí para otros. Nuestra carrera está dedicada a ello. El otro el de lograr ser testigos de nosotros mismos, honrando y aceptando lo que sentimos. Ahora, por favor considere quién está ahí para usted a nivel personal, emocional y energético.
Con gran cariño,